27.9.06

¿Creatividad estética ligada al sexo?


En un artículo anterior vimos la ausencia de creatividad en los chimpancés. La innovación no es usual. En la inmensa mayoría de aprendizajes, se limitan a copiar el comportamiento aprendido, sin mostrar ni pizca de originalidad. Algún estudioso ha interpretado la falta de creatividad como un factor importante en un medio peligroso, en el que desviarse de la norma puede traer serios problemas de supervivencia.

Bowerbird
Sin embargo, hay animales que, en cierto modo, son creativos. Esa originalidad se manifiesta en sus conductas de apareamiento. En esos momentos, la discreción y la prudencia pierden importancia. Los riesgos de volverse llamativos, reñidos con la estrategia del mimetismo, se pasan por alto en los rituales de búsqueda de pareja, para ondear la bandera de la estridencia, sea visual, auditiva u olorosa. Podría decirse que esa creatividad animal es instintiva. Pero me temo que ese argumento también podría aplicarse a la humana.

El pájaro enramador macho (traducción mía, en inglés,"bowerbird", familia Ptilonorhynchidae) es un ave australiana que engalana la entrada de su nido (ver foto derecha) con variados colores y motivos. Emplea diferentes materiales
-hojas, tallos, musgos, conchas, y lo que pilla- con el objetivo de que la hembra quede prendada de semejante despliegue estético. Incluso pinta los alrededores con bayas. La hembra escoje como pareja a quien ha elaborado un nido mayor, más simétrico y más decorado.

La creatividad ha evolucionado como la forma de solventar problemas
nuevos. Da mayores posibilidades de supervivencia a quien la desarrolla. Esa es, al menos, la opinión más extendida entre los biólogos y psicólogos evolutivos. Según esta interpretación, la creatividad estética sería un subproducto de la creatividad lógica.

Hay una segunda posibilidad: que la creatividad haya evolucionado por selección sexual. Esta opción no tiene porqué excluir la primera. Es posible que haya dos vías de generar conductas nuevas, y que las dos coexistan.

¿Os habéis preguntado alguna vez porqué las musas han inspirado históricamente en su inmensa mayoría a los artistas masculinos? La palabra "muso" ni siquiera existe. ¿Es debido a que la sociedad occidental es machista, y por tanto sólo han proliferado los artistas machos? Compositores, pintores, escultores, arquitectos, poetas, literatos,... han sido machos en un porcentaje altísimo. A mi modo de ver, mientras no se demuestre lo contrario, una simple cuestión de desigualdad histórica que el futuro, si discurre estrechando el abismo que hay entre ambos sexos, se encargará de nivelar.

Pero volvamos al tema. La creatividad,tanto si se manifesta en un sexo como en el otro, se ha seleccionado como una conducta deseable. Por extensión, también su portador sería "deseable". Entonces ¿Por qué en nosotros sí, y en los chimpancés y el resto de animales no? Homo sapiens -y también sus ancestros- ha atravesado el umbral de la simple copia de conductas y ha alcanzado una fase innovadora. Algunos animales, como chimpancés, delfines o cuervos, sólo atraviesan el umbral de la innovación en contadas ocasiones. Luego vuelven a la seguridad del mundo repetido. Como la mayoría de los humanos.

12.9.06

Quebrantanueces


Siempre me ha fascinado la imagen del quebrantahuesos lanzando los huesos desde muy alto para que se rompan contra el suelo. Una conducta inteligente para aprovechar el tuétano.

Los cuervos japoneses van más allá. En este video lanzan nueces contra el asfalto. Muchas veces no se rompen de inmediato, así que han descubierto que es mejor lanzarlas en lugares con tráfico intenso, para que sean los vehículos los que las rompan. El problema es después recoger el trofeo entre el peligroso tráfico. Pero han hallado una solución: lanzar la nuez en un paso cebra y esperar a que se ponga el semáforo en rojo.






Si es que un cuervo es mucho cuervo.

2.9.06

Tradiciones chimpancés


Que los chimpancés tienen diferentes tradiciones, costumbres que varían de un grupo a otro, ya lo sabíamos. Se ha constatado en las sociedades chimpancés en entornos naturales. Ahora se ha hecho un estudio dirigido a observar la transmisión de estas costumbres en un entorno controlado.


La factura del experimento ideado por Victoria Horner, de la Universidad de St. Andrews (Reino Unido), es muy sencilla: consiste en una caja que proporciona comida a través de una puertecita. Esta puertecita se puede abrir de dos maneras: o levantándola hacia arriba o desplazándola lateralmente. El experimento consistió en enseñar a un único chimpancé la manera de extraer la comida levantando la trampilla. Después, el chimpancé adiestrado de este modo convivía con otro recién llegado. El nuevo aprendió la misma forma de extraer la comida. Entonces se retiraba al maestro inicial, y se daba paso a un nuevo alumno que aprendería del nuevo maestro. Y así durante seis "generaciones". Invariablemente
optaron por el método que empleaba el chimpancé maestro, es decir, levantando la trampilla (vídeo del levantamiento de trampilla, formato AVI, 2.5 Megas), a través de imitación de la conducta del maestro.

Lo mismo se hizo con un segundo chimpancé, al que se le mostró cómo sacar la comida, pero esta vez desplazando lateralmente la puerta. Una nueva "generación" de chimpancés también aprendió la manera de acceder a la comida. En este caso, 5 interacciones maestro-pupilo. Y esta vez todos optaron por la apertura lateral (vídeo del desplazamiento lateral de trampilla, formato AVI, 3.2 Megas).


Los diferentes individuos que iban incorporándose reproducían fielmente el método específico de cada linaje cultural. Tras dos meses de aprendizaje, sólo se produjo un caso en el que un chimpancé descubriera el método alternativo. De 20 ensayos, un chimpancé "desplazador" en una ocasión levantó la trampilla. Evidentemente, no sabemos si el descubrimiento se produjo por observación consciente o por puro azar. Desconozco si después el innovador empleó alternativamente los dos métodos, o siguió con el desplazamiento lateral. De todas formas, su alumno siguió reproduciendo el modelo desplazador.

Horner concluye que se evidencia la fuerza del aprendizaje cultural en chimpancés: "
Si cada chimpancé no estuviera aprendiendo de otro, esperaríamos después de unas cuantas generaciones que el porcentaje se degradara al 50 % de cada método en cada linaje. Si no fueran buenos copiando, no observaríamos esa exactitud de casi un 100%."

En resumen, el estudio ratifica un trabajo previo, que ya desvelaba que los chimpancés son altamente contagiables de memes. Cabe preguntarse qué sucedería si el experimento se hubiera llevado a cabo entre humanos. Apuesto a que el porcentaje de "rebeldes" y de descubridores del método alternativo sería mayor. Aunque tampoco demasiado.

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Foto: La doctora Victoria Horner con chimpancés.