23.6.06

El nacimiento del ornamento personal


Acaba de darse a conocer la reinterpretación de unas conchas marinas perforadas halladas hace décadas. Nadie les hizo demasiado caso, hasta que una visión más minuciosa ha llevado a la conclusión de que estas conchas son la primera evidencia de ornamentación personal, si los investigado
Las dos conchas de Nassarius gibbosulus de Skhul. La línea de referencia mide 1 centimetrores están en lo cierto.

Hasta ahora, unas cuentas de colgante aparecidas en el fantástico yacimiento surafricano de Blombos Cave, con una antiguedad de 75.000 años, eran la primera prueba de que a los humanos (al
menos a algunos) les gusta emperifollarse. Blombos Cave es único. No sólo por esas supuestas cuentas, sino porque también presenta una de las primeras pruebas de lo que parece arte. Y porque se observa, junto con el cercano yacimiento de Klasies River Mouth, una estrecha relación de los primeros Homo sapiens con el hábitat costero (pesca como fuente habitual de alimento) nunca antes vista. La relevancia de Blombos da soporte a la versión débil -muy débil, diría yo- de la Teoría del Primate Acuático. Merece un futuro artículo monográfico.

Pero volvamos a la noticia que nos ocupa. La observación al detalle de 2 conchas de los yacimientos de Skhul (Israel) de unos 100.000 años, y una de Oued Djebbana (Argelia) de entre 90.000 y 35.000 años -aunque se infiere por la industria asociada que data de unos 90.000 años- hicieron saltar la liebre. Estos yacimientos distan del mar 20 y 190 km. respectivamente. Así que las conchas probablemente demuestran un comercio incipiente.

Además, cada minúscula concha tiene una perforación en su dorso. Las perforaciones podrían ser naturales, pues excepcionalmente se producen esos orificios sin intervención humana, aunque es un hecho muy raro. Pero como es improbable que se trasladara un producto tan perecedero a lo largo de tanta distancia para su consumo, lo más razonable es pensar que la utilidad del traslado, y seguramente también de la perforación, fuera estética. Selección sexual a la manera humana, vamos.

Los autores del estudio publicado en Science, Francesco D’Errico y Marian Vanhaeren, se obstinan, a mi juicio, en relacionar las conchas de Nassarius con la utilización del lenguaje, cuando lo cierto es que la elaboración de una sofisticada herramienta achelense -mucho más antigua- requiere más precisión mental que un simple agujero en una concha o su utilización como adorno.

Las conchas perforadas de estos yacimientos pertenecen al género Nassarius !Qué casualidad! El mismo género que las de Blombos Cave. Sin la patente factura humana de las conchas de Blombos, las conchas de Skhul y Oued Djebbana muy probablemente habrían seguido durmiendo plácidamente en los cajones de los museos. Mira que hay conchas perforables en los mares. !Pues no, tenían que ser Nassarius!. Una moda que se extendió como mínimo desde Asia hasta Africa durante 25.000 años. La masiva epidemia memética había llegado ya hasta ese punto.

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Foto: Las dos conchas de
Nassarius gibbosulus de Skhul. La línea de referencia mide 1 centimetro. (Imagen: Marian Vanhaeren/Francesco d'Errico)


17.6.06

Monos que combinan sonidos


Ya sabíamos que algunas especies de monos emiten sonidos peculiares que alertan al grupo sobre un peligro concreto. La novedad es que ahora se ha propuesto que los monos de la selva nigeriana
Cercopithecus nictitans son capaces de combinar dos sonidos.
Cercopithecus nictitans
Los zoólogos Dr. Arnold and Dr. Zuberbühler cuentan que los
Cercopithecus nictitans
tienen un sonido parecido a un "Pyow" para avisar de la presencia de un leopardo en el suelo. Y emiten un sonido tipo "Hack" para alertar de la presencia de un águila. Lo novedoso es que, según los autores, los machos adultos combinan una secuencia de "Pyow" y "Hack" para que la banda abandone el área hacia un lugar más seguro. La doctora Arnold dice que estas llamadas no son producto del azar, y que "la serie Pyow-hack significa algo así como 'Vámonos'".

Desde luego, la combinación de sonidos está lejos aún de una verdadera sintaxis. Pero, de ser cierto, por primera vez se observa la articulación de dos memes para obtener un significado distinto al de sus componentes, ante lo que parece un estadio embrionario de lenguaje.

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Foto: Cercopithecus nictitans

¿El himen como evidencia de la Fase Acuática?


La AAT, o la Teoría del Primate Acuático, parece estar ganando adeptos. Al menos eso es lo que aparenta en algunos foros de paleoantropología.

La razón de la expansión del meme AAT es que supuestamente explica algunos rasgos humanos "anómalos". Según sus partidarios, estos rasgos no cuadran con nuestro pasado evolutivo de animal adaptado a la sabana seca. Y en cambio son explicables si se recurre a una fase acuática.
Aunque el enunciado inicial era un tanto radical, una versión mucho más suave de la teoría podría acercarse a la realidad, como reconocen algunos especialistas como Phillip V. Tobias. No se trataría tanto de que nuestros ancestros hayan atravesado una fase acuática per se, sino que hayamos adquirido una serie de adaptaciones puntuales al medio acuático como consecuencia de nuestra prolongada exposición al agua. Tal vez. En cualquier caso, los argumentos de la AAT han devaluado la vigencia de la SH (Hipótesis de Sabana).

Voy a hacer una aproximación a lo que de real tienen esas supuestas adaptaciones humanas al agua. Empezaremos por el himen.
Los partidarios de la AAT citan el himen femenino como una anomalía entre los animales de sabana. Mientras que es común en mamíferos acuáticos.
La realidad es que focas, manatís y ballenas dentadas tienen himen. Pero topos, ratas, elefantes, llamas, cerdos de Guinea, lemures y chimpancés también los tienen. En conclusión, la presencia del himen no es una prueba firme de nuestro pasado acuático. Puesto que lo más razonable es pensar que nuestro himen esté directamente emparentado con el de los chimpancés, la supuesta fase acuática debería haberse producido con anterioridad a la escisión entre Homo y chimpancés. Lo cual no presenta ninguna evidencia.

(Continuaré diseccionando los argumentos de la AAT).

13.6.06

La primera planta cultivada


Hasta ahora se pensaba que los cereales o las leguminosas (también hay quien dice que el olivo) fueron los primeros vegetales domesticados durante la revolución neolítica. Estos primeros cultivos conocidos tienen 6.000 años de antiguedad. Ahora se han descubierto indicios en
Gilgal I, un antiguo asentamiento neolítico del valle del Jordán, cerca de Jericó (Israel), de que la higuera se cultivó mucho antes. Han aparecido nueve higos carbonizados, maduros y secados para el consumo humano. Estos higos tienen una antiguedad de entre 11.400 y 11.200 años. Casi el doble.

Por lo visto, los restos de los nueve higos tienen una mutación que sólo es atribuible al cultivo, dado que es rara en condiciones naturales y sólo persiste durante una generación. Esta es la razón por la que Mordechai Kislev, Anat Hartmann y Ofer Bar-Yosef, autores del estudio, afirman que estamos ante la primera evidencia de una planta cultivada. El cultivo se haría por plantación de esquejes .

Los primeros agricultores habrían de esperar varios años antes de obtener su recompensa en forma de higos. Lo que habla de su capacidad de planificación. El nuevo meme del cultivo se extendió imparable para condenarnos a un mundo de sudores y excedentes.


Foto: Un higo de Gilgal I (izquierda), preparado con un recubrimiento dorado para su exploración con microscopio electrónico. Es similar en tamaño a una variedad cultivada hoy en Irán (centro), pero mucho más pequeño que el común de Turquía (derecha).

10.6.06

La Teoría del Primate Acuático


Todos conocemos la historia de nuestros antepasados bajando de los árboles y adquiriendo el bipedismo para adaptarse a la sabana seca. Como ahora veréis, no está tan claro. En los próximos artículos desglosaré la teoría, las pruebas a favor y en contra y la expansión de la humanidad a través de la hipótesis co
stera (Ape Aquatic Theory, abreviada AAT).

El descubrimiento de que Homo erectus empleaba conchas como herramientas para cortar en Sangiran (Java) entre 1.5 y 1.6 millones de años ha dado alas a los partidarios de nuestro pasado acuático. En Sangiran no se han encontrado útiles líticos, y sin embargo hay restos de grandes mamíferos con cortes en los huesos. Estos cortes sólo se han podido producir con lascas de gruesas conchas, según cuentan los autores. Esta noticia, de ser cierta, representa la prueba más antigua de uso de conchas como útiles cortantes. Y apoya la teoría de que el medio costero pudo ser decisivo en nuestra evolución.

Ultimamente se extiende la idea de que la humanidad está más ligada al agua -o al hábitat de costa más concretamente- de lo que nos creíamos. Empezó siendo una hipótesis un tanto sorprendente: se decía que la ausencia de pelo en el hombre (y la mujer no te digo), la conservación de cabello sólo en la cabeza y nuestra innata habilidad para nadar se debía a nuestro pasado acuático. Ninguna evidencia arqueológica a favor. La hipótesis del Primate Acuático se enfrentaba a la interpretación generalizada de que somos cazadores/recolectores de sabana. Investigadores como Marc Verhaegen o Elaine Morgan respaldan y amplían la hipótesis inicial enunciada por Hardy en los años 60, y que ha dado lugar incluso a algún Congreso dedicado al tema.

Pues parece que la al principio marginal idea se refuerza. Los partidarios enumeran una larga lista de rasgos humanos asociados al hábitat costero: tamaño cerebral, habilidades en el salto, control de la respiración, vocalidad, bocas y músculos masticadores pequeños, descenso del hueso de la lengua, vía aérea más larga, nariz proyectada, pobre sentido del olfato, destreza, uso de herramientas, pubertad tardía, piernas largas, cuerpo alineado, dificultades trepadoras, plantigradia, alargamiento del pie y acortamiento de los dedos, pérdida de pelo, gordura, profusa sudoración, alta necesidad de agua, sodio, yodo y ácidos grasos polinsaturados...

Algunos de estos rasgos, como el tamaño cerebral, la destreza o el uso de instrumentos, pueden explicarse tanto desde la hipótesis cazadora/recolectora de sabana como desde la acuática. Pero es cierto que otros muchos sólo tienen sentido bajo la luz de la hipótesis costera. Los partidarios de la estrecha relación del hombre con la costa (sea fluvial, lacustre o marina) argumentan:

"
Los humanos modernos no tienen una piel reflectora del sol y carecen virtualmente de pelo. El sistema refrigerador de nuestra piel es bastante inadecuado para medios cálidos, secos y abiertos: tenemos numerosas glándulas sudoríparas y gastamos agua y sodio -lo que no es muy deseable para la vida en la sabana. Nuestra habilidad para concentrar orina es pobre y demasiado baja, y si alguna vez nuestros primeros ancestros fueron habitantes de sabana, debemos haber sido los peores, los orinadores más libertinos allí.
Los habitantes adaptados a la sabana necesitan beber más agua de una vez, pero la mayoría de los humanos no son capaces de beber mucho de golpe. Nuestra cantidad de grasa subcutánea, que nos aislaría contra la pérdida de calor, nunca se encuentra en animales verdaderamente adaptados a la sabana." (Aquí la fuente) Nota posterior: una versión opuesta del gráfico .

Un hábitat costero permitiría una nutrición excelente mediante la recolección de mariscos y algas. Y la pesca. Esta abundancia de recursos costeros nos habría empujado hacia la natación, y habría adaptado nuestro organismo al medio acuático.
Si es cierto, sorprende que no nos hayamos dado cuenta antes. Pero tiene cierto sentido. Tal vez la naturaleza del registro fósil haya camuflado nuestro pasado "playero". Aunque se presentan muchos interrogantes. Se dice, por ejemplo, que las lágrimas humanas son una adaptación específica al medio acuático. O que la dieta de marisco, algas y pescado posibilita el crecimiento cerebral, mientras que la dieta de sabana no. También falta una concreción temporal (o sea, datación) de la supuesta adaptación costera. Si alguien tiene más información al respecto, la agradecería.

Por otra parte, la AAT no es una teoría que la comunidad de investigadores haya abrazado efusivamente. Abunda la paja pseudocientífica ¿Tal vez sea la reticencia a la asunción de nuevos modelos explicativos que desbanquen los viejos? ¿O a la teoría costera le falta evidencias contundentes?
Lo analizaremos en futuros artículos. Pero lo cierto es que, a partir de ahora, la omnipresente teoría de la sabana deberá ser corregida. El agua es esencial. Y la evolución humana ha tenido que ir siempre asociada a ella.

Nota posterior: crítica a la AAT. Aunque pueda resultar una hipótesis sugerente en algunos aspectos, no hay fundamentos empíricos de los enunciados de la AAT.