2.5.10

Genes y culturas predominantes

¿Por qué el nombre del volcán islandés "Eyjafjalla" nos parece impronunciable? Por el mismo motivo motivo por el que la fauna de Madagascar es tan rara: distancia y aislamiento. Las culturas divergen de forma similar a las especies. Cuanto más nos alejamos de Islandia, más difícil resultará la pronunciación del islandés, porque la familiaridad con el idioma es menor. A un danés no le será tan complicado como a un hispano.


Cuando una cultura tiene un cierto grado de aislamiento, evoluciona de forma independiente del resto de culturas. Podrá llegar a adquisiciones parecidas a las de otras culturas, gracias a la inteligencia y a la capacidad de innovación de toda sociedad (lo que lleva a convergencias culturales curiosas). No obstante, cuando una sociedad puede intercambiar información con las sociedades vecinas, su desarrollo cultural puede ser más acelerado. No sólo dependen de su propia capacidad de innovación, sino también de la de los vecinos con los que haya un intercambio de información fluído. Volviendo a Islandia, mientras que en Europa sucesivas oleadas de ideas procedentes de diferentes culturas barrían el legado de los vikingos, incluso en su zona de origen, en Islandia la cultura normanda  en cierta medida permaneció. De hecho, es la zona donde más se han preservado tanto el idioma normando como sus rasgos culturales.


¿Qué ocurre cuando dos culturas que han evolucionado separadamente entran en contacto? El laboratorio de la historia da muchos ejemplos. El choque entre la cultura europea y la americana a partir de 1492 se decantó por la predominancia de las ideas europeas vía conquista. Europa tenía una larga tradición de intercambio de ideas (cierto que muchas veces a través de guerras cruentas) que, como dice Jared Diamond (1), desnivelaba la balanza. Los europeos disponían de un armamento más poderoso que el de los americanos (espadas y lanzas de acero, armaduras, pólvora, pistolas, trabucos, ballestas, cañones, etc.). Además de unos medios de transporte más diversos (carros, barcos, caballos y burros...) que posibilitaban una mayor movilidad en caso de que el terreno lo permitiera, y un mayor aporte de mercancías. También el almacenamiento de la información europeo -en forma de libros- era más eficiente que el americano. Y variados tipos de maquinaria como poleas, grúas, etc.

LLegados a este punto, hay que hacer un inciso. Que quede claro que, aunque en determinados aspectos, como el militar y el técnico, los europeos eran más efectivos que los americanos para conseguir el dominio militar, económico, social o político, no puede decirse que la cultura europea fuera mejor que la americana.  Simplemente, en el contacto una prevaleció sobre otra gracias a una diversidad cultural que les permitió imponerse. Ninguna cultura es mejor o superior a otra. Será más diversificada o tendrá más recursos para algo en concreto, pero eso no la convierte en superior. Del mismo modo que los mamíferos no son mejores que los reptiles.


¿Por qué los europeos tenían un nivel de desarrollo técnico tan elevado en comparación con los americanos? Muy sencillo, afirma Diamond. Sólo hay que fijarse en la forma del continente euroasiático y la de América. Mientras que Eurasia es una gran franja horizontal, América es una extensión vertical. En Eurasia las ideas pueden fluir longitudinalmente, desde China hasta Inglaterra o España, sin atravesar zonas climáticas excesivamente diferentes. En América, en cambio, las diferentes zonas climáticas serían barreras si no insalvables, sí difíciles de atravesar. Este característica geográfica, junto con la menor densidad de población americana, hizo que la transmisión de ideas fuera más ardua. Resultado: los europeos fagocitaron culturalmente a los americanos.


Y no sólo los europeos estaban mejor dotados técnicamente en el choque con los americanos. También lo estaban inmunológicamente. Las enfermedades portadas por los europeos (viruela, gripe, tifus, sarampión, tétanos, difteria, tos ferina...) arrasaron en muchos casos las poblaciones nativas americanas. En cambio, los americanos traspasaron a los europeos algunos casos de sífilis y poco más, en mucha menor escala. Resultado: los genes europeos se impusieron a los americanos. 

Así pues, de la misma forma que el flujo de ideas había permitido a los europeos disponer de un despliegue técnico más amplio, también el menor grado de aislamiento genético europeo posibilitó que tuvieran unas mejores defensas inmunológicas respecto a las enfermedades contagiosas.
Una vez más, la evolución orgánica y la cultural coinciden en sus procesos.





(1).- Diamond, Jared: Armas, gérmenes y acero. Debate editorial, 1996.

Gracias a Abulafia por haberme puesto sobre la pista de Diamond. Y a Paco por sus valiosas indicaciones históricas.

Banda sonora del artículo: El roce de tu cuerpo (Platero y Tu, 1992):