28.8.03

Arte como selección sexual


Desde que nuestros parientes paleolíticos iniciaron esa característica tan citada como fundamentalmente humana -el arte-, no hemos parado de desarrollarlo. Consumo innecesario de energía. Rimbombante barroquismo, estrafalarias actitudes, bailes absurdos al son de ritmos extraños,...

Da la impresión de que el arte está muy cercano a las danzas de cortejo de los animales. Pensemos en la danza humana. ¿No será una danza de cortejo subliminal, inconsciente, dirigida al resto de congéneres?

Las estructuras de algunos animales que no tienen utilidad aparente, e incluso suponen un gasto extra de energía que pueden restar posibilidades de supervivencia en situaciones extremas, han sido interpretadas como originadas por selección sexual -por ejemplo, la cola de los pavo reales, el colorido de los faisanes, la cornamenta desmesurada e inútil de algunas especies- .

La selección sexual es el gran misterio de la evolución: tanta energía aparentemente desaprovechada, tanta conducta extraordinaria sin razones prácticas.

Por otro lado, es gracias a la selección sexual que aparecen en la filogenia formas fantásticas. Podría considerarse la selección sexual como la fuente de fantasía de la evolución, pero... ¿para qué?

11.8.03

El mono enterrador


Es habitual leer en la literatura científica que un hecho diferencial de los homínidos es el enterrar a sus muertos. !Menudo orgullo!
Parece que una de las primeras manifestaciones funerarias generalmente admitidas se ha documentado en el fantástico yacimiento de Atapuerca, en concreto en la Sima de los Huesos. Data de hace unos 300.000 años, y fue llevada a cabo por homo heidelbergensis. Más tarde, la práctica de echarnos tierra encima se generalizó con los neandertales, ya en el paleolítico medio.
Se asocia este hecho a la creencia en un más allá, a una mayor conciencia social, y en muchos círculos esto se ve como un avance respecto a la "cruel" y anónima muerte animal.

Se han descrito lo que podría denominarse enterramientos en sociedades animales: algunas hormigas acumulan sus cadáveres de forma más o menos ordenada. Por el momento, esto se explica como una simple organización del espacio, es decir, esas acumulaciones responden más a un orden espacial que a cualquier otra consideración moral. No es casualidad que el hecho sólo se dé en animales sociales.


El enterrar a los muertos no es precisamente un rasgo de racionalidad evidente. Si se alude a razones de asepsia sanitaria, es decir, que la conducta de enterramiento se hubiera extendido para salvaguardar a la población de los gérmenes generados en la putrefacción, la solución de la cremación habría sido más práctica, pues requiere un menor esfuerzo y garantiza aún más la higiene.
¿Lo harían para librarnos de esa amnesia histórica, en virtud de la cual no guardamos el más mínimo recuerdo de nuestros lejanos ancestros? Ironías del destino, su "más allá" permite que en el más acá de hoy, otros homínidos puedan desandar lo andado y extirparlos de la madre tierra para regocijo del colectivo arqueológico.
La organización espacial, la asepsia, las creencias trascendentales y la persistencia en el recuerdo son las cuatro razones que pueden explicar los enterramientos.
En las hormigas, sólo caben las dos primeras explicaciones. En humanos, el enterramiento se generaliza cuando aparecen las creencias trascendentales (religión, mitos,...) y el afán de persistencia de la memoria.
La cultura nos ha infectado con sus reglas de una forma un tanto absurda desde el punto de vista de las razones prácticas.

El memotipo de enterramientos es variado. En Europa, es habitual actualmente el enterramiento en nichos apilados, verticales, tipo colmenas. En U.S.A., en cambio, los enterramientos son en el suelo, en tumbas horizontales. Mientras que los estadounidenses pueden vivir en grandes rascacielos, en su reposo tras la muerte prefieren la amplitud horizontal.


Humildemente, es para mí un gran misterio que enterremos a nuestros congéneres. Agradeceré cualquier luz al respecto, monos enterradores.

9.8.03

La sonrisa del asesino


Acabo de ver a uno de los autores de la matanza de Indonesia sentado en el banco de los acusados.
Es chocante la cara resplandeciente de quién debiera estar compungido por sus crímenes. El tío mantuvo la sonrisa de oreja a oreja desde que entró hasta incluso después de que le comunicaran la sentencia de pena de muerte.



Recapacitemos: ese rostro feliz no es más que la satisfacción del que considera a sus ideas más importantes que sus instintos. Es el triunfo de la cultura sobre el instinto. Si alguien pretende ver una patología psíquica en tal comportamiento, que se olvide: esa "disfunción", en todo caso, estaría presente en miles y miles de correligionarios, que aplauden a ese tipo y otros Osamas. En todo caso, buena parte del mundo islámico.

Si los genes y su reproducción son el motor de la evolución, aquí se han olvidado de ello. Y no es sólo este grupo. ¿Qué decir de los mártires cristianos? ¿ Y los héroes? ¿Y los combatientes de cualquier contienda? ¿Y los sacerdotes, con su voto de castidad? Incluso ¿Y los solteros voluntarios?...

Queda claro que nuestro software ideológico ha podido con nuestros hardware genético. El instinto de supervivencia está por debajo de nuestras creencias.

Este hecho permite entender por qué los genetistas, con Watson, (el célebre descubridor de la molécula de ADN junto a Crick) a la cabeza, quedaron tan sorprendidos tras comprobar, en las postrimerías del Proyecto Genoma Humano, que el total de genes humanos está muy por debajo de lo esperado.

La solución es sencilla: ¿Para qué queremos hardware, si ya tenemos el sotware cultural, mucho más ágil y flexible?
¿El meme egoísta? Sí...y a veces loco y suicida...

6.8.03

Selección técnica made in U.S.A


La selección técnica permite que algunos colectivos -sí, podemos llamarlos "pueblos", "culturas", etc., aunque esas etiquetas pecan de poco rigurosas- absorban a otros con menor potencial técnico. Este es un proceso repetido innumerables veces en la historia. Suele ser un proceso lento, de décadas de duración: véase la desaparición de los originarios indios americanos, o la dilución de la cultura precolombina, sin ir más lejos. Si lees esto desde tu cómodo sillón occidental, !Qué suerte tienes! !Estás con lo buenos!
Hoy, la invasión de Irak o de Afghanistán pretende consumar esa absorción en meses o años. Error histórico.
Que el potencial armamentístico americano sea incomparablemente mayor que el de esos países no significa que su modelo social sea mejor. Convencerlos con argumentos, con economía, con justicia, con bienestar, con salud....no los conquistéis.
En el pasado, civilizaciones agresivas desintegraron otras más pacíficas, pero con mayores niveles de equilibrio social. De todas formas, las aportaciones de esas culturas débiles persistieron en el tiempo, mientras que la supuesta civilización "fuerte" se deshizo como un cubito de hielo en el mar tropical.

5.8.03

La idea egoísta ( o cómo las ideas han cobrado vida propia para relegarnos a simples "cajitas" de ideas)


Me he decidido a crear uno de esos weblogs de los que tanto he oído hablar. Esto es como un diario de aquellos í­ntimos, que se guardan bajo llave para que nadie desvele nuestros más inconfesables secretos...!pero público! !y anónimo!

Le debo la idea a un interesante weblog, el paleofreak , realmente adictivo, que trata la evolución de forma totalmente entusiasta,libre y divertida.

¿De qué irá esto? Mi intención es incidir en la competencia de ideas. Del mismo modo que la selección natural ha sido el método que ha empleado la naturaleza para que la vida presente el despliegue actual, la selección cultural es la culpable de los derroteros por dónde se dirijan nuestras sociedades.

Los memes (aquí tenéis una excelente descripción) o, lo que es lo mismo, aquellos conceptos susceptibles de ser transmitidos culturalmente, parecen haberse independizado de la genética para manejar nuestras conductas. Lo que empezó siendo una simple metáfora, adquiere día a día más sentido. Juguemos a los memes. A ver hasta dónde llegamos.
Mis maestros: Richard Dawkins, Edward O. Wilson y la teorí­a sintética de la evolución como base a todo ello. Entre muchos otros, claro.

A disfrutar.