En un poblado llamado Bamba, al norte de Mali, la tribu Dogo, quienes allí habitan, tienen prohibido pescar de un pequeño lago cercano. Pero una vez al año los Dogon de Bamba, y los de trece aldeas de alrededor, se abalanzan en masa sobre los peces que han quedado recluidos en el pequeño lago. El ritual se llama "Antogo", y data de "tiempos inmemoriales".
En el sexto mes de la estación seca, el consejo de sabios de la tribu se reunen para concretar la fecha exacta del Antogo. Clavan 3 palos en el centro del lago que indican que la vorágine pescadora se aproxima. Así, toda la región se entera de que Antogo se acerca.
Antiguamente, la tierra de los Dogon era más húmeda. Con el tiempo, se ha ido desertificando, y el lago objeto del Antogo, superviviente de los tiempos húmedos, y que se considera por los lugareños como habitado por buenos espíritus, presenta un valioso recurso en forma de peces.
Las familias se arremolinan en las orillas del lago, y se hacen rituales, hasta que un viejo sabio de los Dogon da la señal para que se pueda pescar. Empieza la orgía predadora:
Todos pueden coger tantos peces como sean capaces. Bueno, todos no. Las mujeres -que no pueden participar en ningún ritual, por la impureza de la menstruación - tienen estrictamente prohibido pescar en el Antogo. Los hombres y niños, pertrechados con cestas y recipientes varios, acaparan tanto como pueden.
Media hora después, un pistoletazo marca el fin del Antogo. Ya nadie más podrá pescar en el lago hasta el próximo ritual, un año después. Difícil imaginar más terror que el de ser pez en Antogo.
Se da la paradoja de que los Dogon intentan evitar el agua siempre que pueden. Viven en zonas rocosas y desérticas, alejadas del temido río Niger. Pero durante el Antogo se olvidan de su prevención acuática.
Impresionante forma de compartir y controlar los recursos.
Fuente:
BBc One en Youtube,reportaje de Antogo.