15.12.03

La tecnología surgida de la crisis


Existe una comunidad de chimpancés en África occidental que tiene el mayor repertorio de actividades "tecnológicas" del mundo animal:

1.-Extracción de termitas mediante palitos largos.
2.-Pesca de algas en aguas estancadas mediante largos y flexibles tallos.
3.-Rotura de frutos secos con dos piedras, una que se emplea de martillo y otra de yunque.
4.-Bebida de agua en los huecos de los árboles con hojas a las que se les da la forma de cucharas.
5.-Elaboración de pasta o zumo vegetal golpeando un tipo de palmera contra el suelo de forma repetida, hasta que el tejido vegetal se transforma en pulpa.

El estudio de esta comunidad ha puesto en evidencia hechos realmente reveladores:
hay chimpancés que no adquieren esas habilidades culturales. Si no aprenden la técnica a una determinada edad, quedan imposibilitados para aprenderla el resto de su vida.
Si un chimpancé incorpora alguna nueva técnica, el resto observa y aprende. El aprendizaje es básicamente visual.
¿Por qué se ha dado esta panoplia de actividades culturales en una comunidad restringida? ¿Por qué otras comunidades de chimpancés no aprenden esas técnicas, cuando es evidente que aumentan las posibilidades de alimentación de quien las usa?
La respuesta parece ser que la selva en la que habita esta comunidad no es especialmente rica en recursos. La rotura de frutos secos, por ejemplo, se da en una estación en que las frutas silvestres escasean. En épocas del año en que hay abundancia, las actividades técnicas se reducen al mínimo.
Los chimpancés de selvas más generosas no necesitan recurir a esas conductas complejas.
La conclusión que se apunta es que hizo falta un medio ambiente difícil o poco exhuberante para que las actividades técnicas complejas se desarollaran.

Extrapolando esas conclusiones al campo de la evolución humana: una vez adquiridos esos medios técnicos complejos, que permitirían solventar esas etapas de crisis, esa conducta innovadora, lejos de perderse, quedó fijada en determinados linajes del género humano, para no detenerse y posibilitar una evolución cultural gradualmente más compleja.
La pregunta es: ¿A qué ritmo? ¿Crisis siempre presupone aceleración de innovación?
Ciertamente, creo que las últimas décadas, gracias a la cada vez más extendida sociedad de la información, es el momento en que más innovación se produce por unidad de tiempo, cuando la sociedad occidental del estado del bienestar no sufre ni de lejos una crisis de recursos generalizada, sino al contrario. Al principio, la innovación surgió de la crisis. Después, al menos en la sociedad occidental, la innovación quedó establecida como un mecanismo necesario y habitual, sin necesidad de atravesar ninguna fase de carencia.

23.11.03

Genealogía de las ideas


Las ideas, los conceptos, las costumbres, se reproducen y se copian de mente en mente, de forma que el conjunto de ideas actuales son el resultado de numerosos ensayos anteriores. Usos y conceptos antiguos, que sabemos que se dieron pero que hoy no podemos observar, han pasado a engrosar la larga lista de memes extinguidos.

Sólo las ideas fructíferas o útiles en algún sentido son las que perviven, aunque a veces esa función práctica no sea muy evidente. El desarrollo de las sociedades se impulsa por la tensión y competencia entre ideas para sobrevivir y propagarse.


Puede parecerle al lector que nos movemos en un mundo platónico y difuso, casi metafísico. La realidad es que las ideas son impresiones en nuestras neuronas, un software ideológico evanescente en algunas ocasiones, pero permanente en otras. Piénsese en los principios, esas entelequias con las que los humanos nos dotamos para que nuestra existencia cobre sentido. Esos principios suelen permanecer inalterables durante grandes lapsos de tiempo.
Hoy aún no podemos medir ni detectar las pequeñas alteraciones electroquímicas que deben producirse en nuestro cerebro cuando aprendemos o asumimos un concepto nuevo. Pero existe una impresión física que acabaremos detectando.
Ya conocemos dónde se ubican en nuestro cerebro las áreas del lenguaje o de las emociones. Detallar qué conjunto de neuronas contienen y usan un determinado concepto esclarecerá el funcionamiento exacto del pensamiento.

Las grandes creencias, aún careciendo de una base lógica y demostrable, persisten y se propagan largamente a través de generaciones. Como los genes. La diferencia es que los memes son más ágiles, flexibles y rápidos. Si esos memes se plasman en un soporte físico - como el papel de los libros- su persistencia está más resguardada del olvido y, por tanto, sus posibilidades de reproducción aumentan exponencialmente, siempre y cuando el concepto sea útil y viable.
Los grandes corpus de conocimiento de los que la humanidad se ha dotado son un conjunto organizado de memes. La complejidad de la Química, de la Astronomía o de la Biología se asienta en bases simples, y a partir de ahí se ramifica genealógicamente en el tiempo de una forma semejante a como la vida evoluciona en arboles filogenéticos.

Por ejemplo: una teoría o un método en biología se asienta en los conocimientos anteriormente desarrollados o admitidos. Si una teoría o un método es, pongamos, revolucionario, se apoyará en nuevos memes que tendrán que medirse con el viejo paradigma para ver si se adaptan mejor a los hechos.

Si una idea no se socializa, no se generaliza ampliamente, su éxito no está asegurado. Sería un meme en peligro de extinción. Los memes necesitan nacer y propagarse. Es decir, necesitamos diversidad e innovación de memes para que haya desarollo cultural. Cuando nace un meme, está inicialmente desvalido por su escaso apoyo social. Si su dotación práctica es viable, y las condiciones de propagación buenas, entonces se extenderá de individuo en individuo hasta socializarse. Si cae en terreno baldío, o en una época de patrones rígidos en la que no se le preste la debida atención, fenecerá en el olvido, aunque su validez y eficacia sean adecuadas.
Así que éste es el verdadero motor de la historia, la verdadera explicación de la creciente complejidad cultural.

Esto es así. Y no veo que nadie lo haya expresado claramente.

23.10.03

El instinto de amar


Reproducción. Nada más - y nada menos- que eso.

Ese sentimiento que llamamos amor no es más que el instinto reproductivo modelado a la manera humana. En sociedades monógamas, el enamoramiento se dará entre un hombre y una mujer. En sociedades polígamas, entre un hombre y cada una de sus mujeres. Y así sucesivamente en los diferentes tipos de sociedades que en la historia humana se han dado.
No es un sentimiento inmutable, sino que varía en función de la sociedad en la que se expresa.

Si se considera que es amor la monogamia hasta la muerte de los hipocampos (caballitos de mar) ¿Por qué no habría de tener el mismo rango el sentimiento del macho alfa hacia las hembras de su harén entre los gorilas?
Se impone el modelo que garantiza una mayor estabilidad social, por razones básicamente económicas. No estamos genéticamente programados para la monogamia. En todo caso, en la sociedad occidental capitalista estamos meméticamente programados para ella.

15.9.03

La tercera cultura


Con este término se aglutina un movimiento intelectual cuyo objetivo podríamos describir como la percepción del mundo desde una óptica empírica y científica.

Hasta hoy, ha habido dos grandes formas de ver el mundo: la forma "humanista" (artistas, escritores, filósofos, historiadores,...), que englobaría la rama de conocimientos que llamamos "Letras y Humanidades". La segunda gran concepción del mundo sería la "científica", materialista y experimental, habitualmente relegada a laboratorios y universidades.

Los últimos avances en biología pretenden tender un puente entre ambas concepciones, de forma que pueda interpretarse la historia, la lengua, la psicología, la política, la cultura, etc. desde un punto de vista unificador, materialista y empírico, basado en los presupuestos científicos.

Importantes pensadores procedentes del pensamiento evolutivo avalan esta unificación, desde Stephen Jay Gould a Richard Dawkins.

Si aún persisten las creencas creacionistas en un mundo tan tecnificado y con tanta información, parece una ardua labor que se imponga el nuevo criterio unificador.
Como el arqueólogo Eudald Carbonell supongo que corroboraría, aún nos queda mucho para dejar que las falsas ideologías sin base científica controlen la evolución de las sociedades. En todo caso, visto con la perspectiva que da el cúmulo de conocimientos a inicios del siglo XXI, la tercera cultura es un camino prometedor que hay que explorar.

13.9.03

La danza de las ballenas


Recuerdo aquella tarde en la que para mí se hizo evidente algo que siempre había supuesto:


Ante mis ojos, en un documental televisivo, vi cómo una manada de ballenas salía de pesca. Se sumergían por debajo de un gran banco de peces y, al parecer de forma coordinada, expulsaban burbujas por la abertura respiratoria que tienen en el dorso. Desde la superficie, se observaba un gran círculo de burbujas que continuamente brotaba del mar, rodeando y envolviendo al banco de peces, que no podían escapar del círculo.

De repente, todas las ballenas ascendían hacia la superficie, rápidas, con las fauces abiertas. Los peces, atrapados, saltaban intentando esquivar las mandíbulas de los cetáceos. Pero estaba claro que para una gran parte de las emboscadas presas no había más destino que ser devoradas por esas enormes bocas.


Al cabo de unos días de tan espectacular revelación, recuerdo dudar de lo que había visto. ¿Lo habría soñado? Lo comenté a algunos amigos, y el relato sobre la inteligencia animal era tan nítido y evidente que incluso me parecía que debía estar inconscientemente exagerándolo.

Pasados unos meses, volví a verlo. Igual que como lo había descrito.

Es la confirmación de que la inteligencia animal es capaz de emular y sobreapasar la humana en determinados aspectos. Y la comunicación tiene mucho que ver con ello. La técnica no es imprescindible para una inteligencia avanzada.

2.9.03

¿La inteligencia surgida del frío?


He oído recientemente la hipótesis de que la inteligencia humana puede ser producto de las duras condiciones glaciales del pleistoceno.
Las diferentes pulsiones glaciales bien pudieran haber impulsado la creatividad para que una especie anatómicamente débil como la nuestra debiera espabilarse o extinguirse.
Hay un hecho claro, y es que las primeras sociedades humanas aparecieron en África, para desde allí extenderse al resto de continentes. Es en África dónde aparecen las primeras industrias líticas, y los diferentes avances tecnológicos (Modo I, Modo II,...). Si -como parece generalmente admitido- el lenguaje humano se desarrolló paralelamente al progreso tecnológico, éste ya se había generalizado ajeno a los ambientes glaciales.

Que la invasión cíclica del frío espoleara la innovación parece verosímil. Pero la semilla de la complejidad cultural ya había brotado, y fructificaba con fuerza.

28.8.03

Arte como selección sexual


Desde que nuestros parientes paleolíticos iniciaron esa característica tan citada como fundamentalmente humana -el arte-, no hemos parado de desarrollarlo. Consumo innecesario de energía. Rimbombante barroquismo, estrafalarias actitudes, bailes absurdos al son de ritmos extraños,...

Da la impresión de que el arte está muy cercano a las danzas de cortejo de los animales. Pensemos en la danza humana. ¿No será una danza de cortejo subliminal, inconsciente, dirigida al resto de congéneres?

Las estructuras de algunos animales que no tienen utilidad aparente, e incluso suponen un gasto extra de energía que pueden restar posibilidades de supervivencia en situaciones extremas, han sido interpretadas como originadas por selección sexual -por ejemplo, la cola de los pavo reales, el colorido de los faisanes, la cornamenta desmesurada e inútil de algunas especies- .

La selección sexual es el gran misterio de la evolución: tanta energía aparentemente desaprovechada, tanta conducta extraordinaria sin razones prácticas.

Por otro lado, es gracias a la selección sexual que aparecen en la filogenia formas fantásticas. Podría considerarse la selección sexual como la fuente de fantasía de la evolución, pero... ¿para qué?

11.8.03

El mono enterrador


Es habitual leer en la literatura científica que un hecho diferencial de los homínidos es el enterrar a sus muertos. !Menudo orgullo!
Parece que una de las primeras manifestaciones funerarias generalmente admitidas se ha documentado en el fantástico yacimiento de Atapuerca, en concreto en la Sima de los Huesos. Data de hace unos 300.000 años, y fue llevada a cabo por homo heidelbergensis. Más tarde, la práctica de echarnos tierra encima se generalizó con los neandertales, ya en el paleolítico medio.
Se asocia este hecho a la creencia en un más allá, a una mayor conciencia social, y en muchos círculos esto se ve como un avance respecto a la "cruel" y anónima muerte animal.

Se han descrito lo que podría denominarse enterramientos en sociedades animales: algunas hormigas acumulan sus cadáveres de forma más o menos ordenada. Por el momento, esto se explica como una simple organización del espacio, es decir, esas acumulaciones responden más a un orden espacial que a cualquier otra consideración moral. No es casualidad que el hecho sólo se dé en animales sociales.


El enterrar a los muertos no es precisamente un rasgo de racionalidad evidente. Si se alude a razones de asepsia sanitaria, es decir, que la conducta de enterramiento se hubiera extendido para salvaguardar a la población de los gérmenes generados en la putrefacción, la solución de la cremación habría sido más práctica, pues requiere un menor esfuerzo y garantiza aún más la higiene.
¿Lo harían para librarnos de esa amnesia histórica, en virtud de la cual no guardamos el más mínimo recuerdo de nuestros lejanos ancestros? Ironías del destino, su "más allá" permite que en el más acá de hoy, otros homínidos puedan desandar lo andado y extirparlos de la madre tierra para regocijo del colectivo arqueológico.
La organización espacial, la asepsia, las creencias trascendentales y la persistencia en el recuerdo son las cuatro razones que pueden explicar los enterramientos.
En las hormigas, sólo caben las dos primeras explicaciones. En humanos, el enterramiento se generaliza cuando aparecen las creencias trascendentales (religión, mitos,...) y el afán de persistencia de la memoria.
La cultura nos ha infectado con sus reglas de una forma un tanto absurda desde el punto de vista de las razones prácticas.

El memotipo de enterramientos es variado. En Europa, es habitual actualmente el enterramiento en nichos apilados, verticales, tipo colmenas. En U.S.A., en cambio, los enterramientos son en el suelo, en tumbas horizontales. Mientras que los estadounidenses pueden vivir en grandes rascacielos, en su reposo tras la muerte prefieren la amplitud horizontal.


Humildemente, es para mí un gran misterio que enterremos a nuestros congéneres. Agradeceré cualquier luz al respecto, monos enterradores.

9.8.03

La sonrisa del asesino


Acabo de ver a uno de los autores de la matanza de Indonesia sentado en el banco de los acusados.
Es chocante la cara resplandeciente de quién debiera estar compungido por sus crímenes. El tío mantuvo la sonrisa de oreja a oreja desde que entró hasta incluso después de que le comunicaran la sentencia de pena de muerte.



Recapacitemos: ese rostro feliz no es más que la satisfacción del que considera a sus ideas más importantes que sus instintos. Es el triunfo de la cultura sobre el instinto. Si alguien pretende ver una patología psíquica en tal comportamiento, que se olvide: esa "disfunción", en todo caso, estaría presente en miles y miles de correligionarios, que aplauden a ese tipo y otros Osamas. En todo caso, buena parte del mundo islámico.

Si los genes y su reproducción son el motor de la evolución, aquí se han olvidado de ello. Y no es sólo este grupo. ¿Qué decir de los mártires cristianos? ¿ Y los héroes? ¿Y los combatientes de cualquier contienda? ¿Y los sacerdotes, con su voto de castidad? Incluso ¿Y los solteros voluntarios?...

Queda claro que nuestro software ideológico ha podido con nuestros hardware genético. El instinto de supervivencia está por debajo de nuestras creencias.

Este hecho permite entender por qué los genetistas, con Watson, (el célebre descubridor de la molécula de ADN junto a Crick) a la cabeza, quedaron tan sorprendidos tras comprobar, en las postrimerías del Proyecto Genoma Humano, que el total de genes humanos está muy por debajo de lo esperado.

La solución es sencilla: ¿Para qué queremos hardware, si ya tenemos el sotware cultural, mucho más ágil y flexible?
¿El meme egoísta? Sí...y a veces loco y suicida...

6.8.03

Selección técnica made in U.S.A


La selección técnica permite que algunos colectivos -sí, podemos llamarlos "pueblos", "culturas", etc., aunque esas etiquetas pecan de poco rigurosas- absorban a otros con menor potencial técnico. Este es un proceso repetido innumerables veces en la historia. Suele ser un proceso lento, de décadas de duración: véase la desaparición de los originarios indios americanos, o la dilución de la cultura precolombina, sin ir más lejos. Si lees esto desde tu cómodo sillón occidental, !Qué suerte tienes! !Estás con lo buenos!
Hoy, la invasión de Irak o de Afghanistán pretende consumar esa absorción en meses o años. Error histórico.
Que el potencial armamentístico americano sea incomparablemente mayor que el de esos países no significa que su modelo social sea mejor. Convencerlos con argumentos, con economía, con justicia, con bienestar, con salud....no los conquistéis.
En el pasado, civilizaciones agresivas desintegraron otras más pacíficas, pero con mayores niveles de equilibrio social. De todas formas, las aportaciones de esas culturas débiles persistieron en el tiempo, mientras que la supuesta civilización "fuerte" se deshizo como un cubito de hielo en el mar tropical.

5.8.03

La idea egoísta ( o cómo las ideas han cobrado vida propia para relegarnos a simples "cajitas" de ideas)


Me he decidido a crear uno de esos weblogs de los que tanto he oído hablar. Esto es como un diario de aquellos í­ntimos, que se guardan bajo llave para que nadie desvele nuestros más inconfesables secretos...!pero público! !y anónimo!

Le debo la idea a un interesante weblog, el paleofreak , realmente adictivo, que trata la evolución de forma totalmente entusiasta,libre y divertida.

¿De qué irá esto? Mi intención es incidir en la competencia de ideas. Del mismo modo que la selección natural ha sido el método que ha empleado la naturaleza para que la vida presente el despliegue actual, la selección cultural es la culpable de los derroteros por dónde se dirijan nuestras sociedades.

Los memes (aquí tenéis una excelente descripción) o, lo que es lo mismo, aquellos conceptos susceptibles de ser transmitidos culturalmente, parecen haberse independizado de la genética para manejar nuestras conductas. Lo que empezó siendo una simple metáfora, adquiere día a día más sentido. Juguemos a los memes. A ver hasta dónde llegamos.
Mis maestros: Richard Dawkins, Edward O. Wilson y la teorí­a sintética de la evolución como base a todo ello. Entre muchos otros, claro.

A disfrutar.