Es habitual leer en la literatura científica que un hecho diferencial de los homínidos es el enterrar a sus muertos. !Menudo orgullo!
Parece que una de las primeras manifestaciones funerarias generalmente admitidas se ha documentado en el fantástico yacimiento de Atapuerca, en concreto en la Sima de los Huesos. Data de hace unos 300.000 años, y fue llevada a cabo por homo heidelbergensis. Más tarde, la práctica de echarnos tierra encima se generalizó con los neandertales, ya en el paleolítico medio.
Se asocia este hecho a la creencia en un más allá, a una mayor conciencia social, y en muchos círculos esto se ve como un avance respecto a la "cruel" y anónima muerte animal.
Se han descrito lo que podría denominarse enterramientos en sociedades animales: algunas hormigas acumulan sus cadáveres de forma más o menos ordenada. Por el momento, esto se explica como una simple organización del espacio, es decir, esas acumulaciones responden más a un orden espacial que a cualquier otra consideración moral. No es casualidad que el hecho sólo se dé en animales sociales.
El enterrar a los muertos no es precisamente un rasgo de racionalidad evidente. Si se alude a razones de asepsia sanitaria, es decir, que la conducta de enterramiento se hubiera extendido para salvaguardar a la población de los gérmenes generados en la putrefacción, la solución de la cremación habría sido más práctica, pues requiere un menor esfuerzo y garantiza aún más la higiene.
¿Lo harían para librarnos de esa amnesia histórica, en virtud de la cual no guardamos el más mínimo recuerdo de nuestros lejanos ancestros? Ironías del destino, su "más allá" permite que en el más acá de hoy, otros homínidos puedan desandar lo andado y extirparlos de la madre tierra para regocijo del colectivo arqueológico.
La organización espacial, la asepsia, las creencias trascendentales y la persistencia en el recuerdo son las cuatro razones que pueden explicar los enterramientos.
En las hormigas, sólo caben las dos primeras explicaciones. En humanos, el enterramiento se generaliza cuando aparecen las creencias trascendentales (religión, mitos,...) y el afán de persistencia de la memoria.
La cultura nos ha infectado con sus reglas de una forma un tanto absurda desde el punto de vista de las razones prácticas.
El memotipo de enterramientos es variado. En Europa, es habitual actualmente el enterramiento en nichos apilados, verticales, tipo colmenas. En U.S.A., en cambio, los enterramientos son en el suelo, en tumbas horizontales. Mientras que los estadounidenses pueden vivir en grandes rascacielos, en su reposo tras la muerte prefieren la amplitud horizontal.
Humildemente, es para mí un gran misterio que enterremos a nuestros congéneres. Agradeceré cualquier luz al respecto, monos enterradores.