La sorpresa que se llevó el restaurador que limpiaba una mandíbula humana del yacimiento neolítico de Mehrgarh, (Baluchistán, Pakistán) cuando observó un orificio casi perfectamente cilíndrico en un diente de hace 9.000 años.
Baluchistán y el valle del Indo en general están dando sorprendentes hallazgos. Esta región fue una de las pioneras en desarrollar la agricultura del Sureste asiático. Aquí han aparecido las primeras evidencias de escritura (casi sincrónicas con las de Mesopotamia y el Antiguo Egipto) en el cercano poblamiento de Harappa, que ayudan a detallar este foco de innovación prehistórica. Una especie de Silicon Valley prehistórico, que ya conocíamos gracias a yacimientos clásicos como Mohenjo-daro.
La cronología de Mehrgarh en concreto abarca desde el 7.000 a.C. hasta el 2.600 a.C., cuando fue abandonado. Mehrgarh es una zona arqueológica que comprende sucesivos asentamientos en unas 300 hectáreas. El más antiguo tejido de algodón encontrado en el mundo y la primera cerámica del Sureste asiático proceden precisamente de Mehrgarh.
Ahora se ha dado a conocer en Nature (6 de abril, 2006) los últimos hallazgos de la necrópolis de Mehrgarh. De aquí proceden los cerca de 4.000 dientes hallados en 225 sepulturas. Entre ellos, hay once con evidencias de la prime
ra cirugía dental de la historia en forma de incisiones circulares. Sabemos que estas perforaciones se practicaron en vivo, y que los pacientes sobrevivieron bastante tiempo a la operación, porque los orificios presentan un pulido de masticación posterior. Los orificios son de factura humana sin ninguna duda, pues muestran las curvas del taladro en microscopio electrónico y no tienen las paredes irregulares típicas de las infecciones dentales.
La llegada del Neolítico parece que vino acompañada aquí de un deterioro general de la salud, y en concreto, de la salud buco-dental. Por un lado, los molinos y muelas neolíticos usados para moler los cereales depositaban partículas abrasivas en las harinas resultantes. Esto provoca desgaste en el esmalte, favoreciendo las enfermedades dentales. Por otro lado, la nueva dieta incluía una mayor dosis de azúcares, lo que fomenta los procesos de acidificación dental y de caries.
Los investigadores Roberto Macchiarelli, Catherine Jarrige y colegas interpretan que estas trepanaciones dentales tenían un uso terapéutico, puesto que se descarta la función estética, debido a que las incisiones siempre se practicaban en el tercer y cuarto molar permanentes, muy en el interior de la boca, y no se observan desde el exterior.
Además, cuatro molares muestran signos de deterioro previo. Y al menos una mandíbula presentaba una infección masiva. Así que la conclusión de los investigadores es que las perforaciones se practicaron para mitigar el dolor y curar al paciente.
Se cree que los dentistas prehistóricos utilizaron el mismo procedimiento que el usado para taladrar huesos, conchas, lapislázuli, etc. en la elaboración de ornamentos hallados en abundancia en Mehrgarh. Hay trabajos tan meticulosos como perlas de 1 mm. de diámetro perforadas con agujeros de una décima parte de milímetro. Las cavidades de los dientes tienen un diámetro de entre 1.3 y 3.2 mm. y su profundidad va de 0.5 a 3.5 mm. La hipótesis más probable es que esta precisión se conseguía con tornos de puntas de sílex enmangados en percutores de madera y enrollados con cuerdas, que al girar sobre sí mismas tenían un efecto de barrena muy exacto. Este torno era el útil principal en la producción de los agujeros para los ornamentos.
Las imágenes de microscopio electrónico muestran sin lugar a dudas que, una vez practicado el orificio, la operación en ocasiones se completó con el acondicionamiento de la superficie dental mediante el uso de pequeñas láminas de piedra a modo de bisturís o escalpelos de precisión.
Una mandíbula tiene tres dientes perforados artificialmente; y otro diente fue taladrado dos veces. La operación tuvo que ser muy dolorosa. Los autores creen posible que las trepanaciones dentales se rellenaran con algún cemento artificial o con algún analgésico en forma de hierbas, como el opio, que aún se emplea actualmente en la zona con este objetivo.
La terapia debió de tener éxito, puesto que se prolongó durante 1.500 años. Aunque después se perdió, y no volvemos a tener evidencias de perforación dental hasta el 3.000 a.C aproximadamente, ahora entre los egipcios, ya acompañada con la práctica de higiene dental.
Hasta ahora, las primeras pruebas de tratamiento dental procedían de China y tienen 6.000 años de antiguedad. Pero se trataba de utilización de dientes falsos, no de perforación y posible relleno de la incisión para preservar la pieza dental, como se cree que es el caso de los neolíticos de Mehrgarh. Los mayas también utilizaron tornos de jade u obsidiana para taladrar dientes de personas vivas en el siglo IX d.C., en este caso más por motivos estéticos o ceremoniales.
¿La odontología de Mehrgarh es un ejemplo de meme perdido? ¿O la supuesta mejora nutricional que debió alcanzarse con las mejoras del cultivo hizo innecesaria esta técnica? ¿Los egipcios reinventaron esta técnica, o la heredaron a través de tradiciones minoritarias de las que aún no tenemos conocimiento? Y sobre todo ¿Qué hizo que las gentes de Mehrgarh y sus descendientes de la zona fueran capaces de aportar avances tan extraordinarios?