27.12.09

Volando sin billete








Los cuervos son ciertamente inteligentes. Este año, una de las más curiosas fotografías de la naturaleza es la secuencia tomada por el fotógrafo José Luís Garcia Larred en Soria, España. En ella se aprecia un cuervo (Corvus Corax) subido a lomos de un buitre leonado (Gyps fulvus). Según se lee en los comentarios de la noticia, el fotógrafo pudo observar cómo el cuervo viajaba unos doscientos metros sobre el buitre.
Sabemos por vídeos y observaciones que en repetidas ocasiones los cuervos montan sobre los lomos de jabalíes cuando éstos están comiendo carroña, les picotean la espalda para que se muevan, y aprovechan el desplazamiento para accdeder a la carroña. No contentos con esto, siguen montando a los jabalíes una vez han comido, ahora ya con el único motivo de divertirse. Pero no se había visto este comportamiento aplicado a los buitres.

Las fotografías de José Luís Garcia Larred muestran una conducta no documentada antes (al menos yo no la conocía). El motivo del vuelo podría ser para acceder a la comida que el buitre hubiera detectado, para ahorrarse energía a costa del esfuerzo el buitre, o simplemente como juego. Cualquiera de los tres motivos prueba la versatilidad e inteligencia de estas aves. Una vez más, los mamíferos no somos los únicos en tener conductas asombrosamente creativas.



Banda sonora del artículo: D'yer Maker (Sheryl Crow, 1995):


20.12.09

Ciudad de hormigas

¿Qué ocurre si inyectamos cemento líquido en un hormiguero y después lo excavamos? Eso es lo que se hizo en este hormiguero gigante abandonado. El subsuelo se tragó unas diez toneladas de cemento. Al cabo de un mes, con el cemento endurecido, se procedió a la excavación, que duró semanas. El resultado es espectacular: redes de pasadizos, autopistas que conectan con carreteras secundarias, cámaras, granjas de hongos, vertederos de residuos, túneles de ventilación para expulsar el CO2, y otros para suministrar oxígeno, galerías de climatización...

Las primeras ciudades humanas no aparecieron hasta el Neolítico, hacia el 8.000 a.C. (como mínimo).
Mientras que las hormigas ya hacía millones de años que construían sus megalópolis. Desde entonces, las urbes humanas han ido adaptándose, introduciendo mejoras como la planificación previa, la optimización del espacio, redes de servicios, etc. Pero no se ha llegado a la climatización generalizada, que sí incluyen los hormigueros.





Sin embargo, no hay una única mente que esté detrás del diseño del hormiguero. El hormiguero no es un superorganismo, como reconoce Edward O. Wilson, sino la suma de miles de cerebros individuales, coordinados en una misma dirección. A este resultado se llegó a través de la selección natural, transformando el impulso genético egoísta en casi puro altruismo. A nuestra vez, los humanos nos hemos organizado en ciudades a través de la selección cultural, añadiendo y conformando conocimientos y conductas que permiten la convivencia y la reproducción del propio modelo urbano. Humanos y hormigas hemos convergido en muchos aspectos en cuanto a la coordinación espacial de multitud de individuos con intereses similares. Hemos llegado a un asombroso resultado parecido desde puntos de partida muy dispares.




Banda sonora del artículo:Ants Marching (Dave Matthews Band, 1993).