28.11.09

Tiernos monstruos

crías de equidna

Los humanos podemos crear seres imaginarios empleando la fantasía. Se trata de "cortar" una o más partes de un organismo y "pegarlas" en otro, creando combinaciones extrañas. Como, entre otros, los unicornios, pegasos, dragones, arpías, quimeras, hidras, centauros, sirenas, cerberos, grifos, esfinges, medusas (de las mitológicas, no de las de los mares), gorgonas, gárgolas varias...o equidnas.

La naturaleza no puede dar saltos tan bruscos. Su capacidad de innovación está limitada por un desarrollo ontogenético que ha de ser factible (o sea, que el organismo se ha de poder desarrollar) y una persistencia mínimamente viable (o sea, que ha de poder reproducirse al menos algunas generaciones). Pero a veces nos regala con criaturas peculiares, que sorprenden hasta a la imaginación humana. Como estas encantadoras crías de equidna (familia Tachyglossidae) del zoo de Perth:

crías de equidna

Estas alucinantes criaturas proceden del foco de singularidades faunísticas (desde un punto de vista mamíferocéntrico, claro está) que es Oceanía. Aún así, el imaginario de bestias creado por la fantasía humana es más rico. Al fin y al cabo, imaginar es casi gratis. Y te ahorras materializar lo inventado.

ACTUALIZACIÓN (30/11/2009): Puede añadirse que en los niveles organísmicos más simples y en algunas plantas, la hibridación y la simbiosis es muy común. En este caso, el "copiar-y-pegar" de información genética es mucho más parecido a los mecanismos psicológicos por los que inaginamos nuevas criaturas.


Fuente: Zooborns.

Banda sonora del artículo: Hand in my pocket (Alanis Morissette, 1995 ):


21.11.09

Planeando planear


Más convergencias naturales y culturales.
Desde al menos los comienzos de siglo XX se van repitiendo los intentos de Homo sapiens para planear, al modo en que lo hacen algunos mamíferos arborícolas, como las ardillas voladoras (en realidad deberían llamarse planeadoras) Glaucomys en Norteamérica:





Otros mamíferos planeadores son los Pteromys en el Norte de Europa, y los Cynocephalus del Sudeste asiático (también doblemente mal llamados lemures voladores, pues ni vuelan ni son lemures). En estos grupos también ha habido convergencia estrictamente natural, llegándose a la misma adaptación -en este caso, membranas entre las extremidades para planear- desde diferentes puntos de partida genéticos:



Ahora se pretende conseguir parecidos resultados desde la evolución cultural. Para eso se han ideado unos trajes que imitan las membranas de los mamíferos planeadores. Aunque los resultados no son plenamente satisfactorios, sobre todo en la parte final del aterrizaje (se requiere paracaídas) el resultado impresiona:



Mientras que a los mamíferos planeadores les ha llevado miles de generaciones conseguir sus planeos, los humanos, a través de la razón y la selección cultural, lo han conseguido en décadas. Pues eso, convergiendo a toda pastilla. Aunque, en algunos casos, donde están las alas que se quiten las membranas.





6.11.09

Caminando hacia el bipedismo técnico


La selección natural ha posibilitado la aparición de unas cuantas especies bípedas. Desde el bipedismo de los homínidos
o diversos reptiles extintos, al circunstancial de las aves, hay una amplia panoplia, con diversa gradación, de locomoción erecta.
La selección cultural también está logrando el refinamiento necesario para obtener bipedismo artificial casi indistinguible del natural.
Al principio, eran pasos balbuceantes, como niños que empiezan a andar:





Poco a poco, aún con errores y caídas, el paso se fue afianzando:



Y ahora, tras Asimo, llega Ropid:
.


Llegamos al mismo punto a través de mecanismos muy diferentes. Otra vez, convergencia natural y cultural.
Puede parecer sencillo, de lo acostumbrados que estamos a andar. Pero lograrlo artificialmente requiere un cúmulo de conocimientos complejos que aún no hemos conseguido del todo. Aunque estamos en camino:







Vía Yonkis.

Banda sonora del artículo:You learn (Alanis Morissette, 1995):