20.9.08

Evolución en las islas

Supongamos:
Gallotia galloti palmae, La Palma, por Monarch
1) Una población de lagartos que habita en un continente. Al lado del continente, pongamos a unas decenas de kilómetros, hay una isla volcánica, joven, aún sin colonizar por la vida animal. Llamémosle isla A. Un día, una tormenta tropical arrastra troncos del continente. A ellos van asidos unos cuantos lagartos. Navegan a la deriva, a través del océano, hasta esa isla. Puede parecer un hecho extraordinario, pero es la forma más probable de poblamiento de islas por parte de macrofauna no nadadora.

Sabemos que la tasa de evolución en las islas se dispara. Por eso en las islas hay tantas especies singulares. No es el hecho de la insularidad, sino del aislamiento. Desde ese preciso instante, la población recién llegada es muy probable que tienda a divergir de la originaria. Tanto las mutaciones, como las diferentes combinaciones genéticas, como la adaptación al nuevo ambiente producirán, muy probablemente, una especie diferente. Sólo hace falta tiempo.


Vayamos aún más allá. Hay una segunda isla (isla B), también joven y virgen, a unas decenas de kilómetros de la primera. Otro día, llega un ciclón, que barre la primera isla, y arrastra unos cuantos lagartos de la isla A, ya diferenciados de los del continente, y llegan a la isla B.
Otra vez lo mismo. Los lagartos de la isla B empezarán a diferenciarse de los de la isla A. Pues bien: al cabo del tiempo- cuanto más, mejor a efectos de divergencia- tendremos tres especies separadas: los
lagartos continentales originarios, los de la isla A y los de la isla B.
Si a un zoólogo se le pidiera que clasificara ejemplares de los tres tipos de lagartos, el zoólogo determinaría no sólo de qué isla es cada espécimen, sino también que la especie de la isla B procede de la A, y que la A procede de la especie continental, en base a proximidad genética y anatómica.

Cuando esta regla no se cumple es porque ha habido alguna contingencia puntual que ha variado el normal desarrollo de las cosas. En historia natural las contingencias pueden ser muy frecuentes. Por ejemplo, que los lagartos continentales arriben antes, por azar, a la isla más alejada. O que haya habido sucesivas oleadas continentales que difuminen el efecto del aislamiento.

Un archipiélago como el descrito podrían ser las islas Canarias, con sus lagartos endémicos, los Gallotia. Cada isla tiene sus lagartos específicos, y todos ellos derivan de un ancestro continental.

2) En el continente habita una población humana que habla un determinado lenguaje. La navegación no es su fuerte. Aún así, un reducto de población, por las circunstancias que sean -expulsión, aventura, tsunami, ...- coloniza la isla A. Desde ese preciso instante, su idioma evolucionará de forma diferente al de la población continental. Con el suficiente tiempo, la diferencia será tan infranqueable como para no entenderse entre ellos. Si una muestra de población de la isla A llega a la B, ocurrirá lo mismo. De manera que un filólogo podría determinar que la lengua de A deriva del continente, y que la B deriva de la A.

Otra vez, las islas Canarias podrían ejemplificar esta diferenciación lingüística. Los guanches, los nativos canarios precoloniales, hablaban un idioma emparentado con determinados pueblos bereberes norteafricanos. Por lo que sabemos, desconocían la navegación. Una vez asentados en cada isla, desarrollaron independientemente sus lenguas. Unas fuentes dicen que llegaron a no entenderse entre sí, aunque otros testimonios indican que los conquistadores empleaban traductores de una isla para
comunicarse con los de otra, con lo que la diferenciación aún no era total. Los dialectos guanches se extinguieron en el siglo XVIII, y sólo se conservan algunas toponimias, nombres propios y expresiones.

3) En el continente, la sociedad nativa tiene un determinado tipo de -pongamos- arquitectura. O tradición cerámica. O costumbres sexuales. O... etc. Al llegar a la isla A, reproducirán las costumbres de la sociedad originaria. Si las costumbres originarias no son útiles en el nuevo medio, pronto se abandonarán por nuevas. Pero lo habitual es la persistencia de las tradiciones, que van cambiando suavemente. Con el tiempo, se modificarían algunas, desaparecerían otras, se incorporarían de nuevas. En resumen, habría una diferenciación directamente proporcional al tiempo de separación de la población original. Y lo mismo si se produjera el caso de colonización de la isla B por parte de individuos de A. Un arqueólogo u antropólogo debería ser capaz de encontrar las similitudes y discrepancias entre las tres culturas. No tendría más que ver el grado de parentesco cultural, o de rasgos compartidos, entre ellas.

Aquí, un ejemplo formidable lo tenemos en las construcciones megalíticas de las islas del Mediterráneo occidental. En las islas Baleares, Córcega y Cerdeña se dieron unas formas de megalitismo propias, posteriores y diferentes de las continentales. Por ejemplo, las taulas son un tipo de megalito inusitado, endémico de Menorca. Lo mismo que los menhires antropomorfos de Córcega, los nuragas de Cerdeña, las navetas, también exclusivamente menorquinas, o los talayots, de las islas Gimnesias (Mallorca y Menorca).

Taula de Torralba d'en Salord, Menorca
En resumen, y dejándonos de suposiciones: los tres casos son la expresión de un mismo fenómeno. La evolución cultural comparte el mecanismo de divergencia con la evolución biológica. Sorprendentemente, nadie ha hecho mención antes a este hecho, que yo sepa. No se ha aludido a la diferenciación cultural en las islas como un proceso paralelo a la especiación biológica. Y no es un hecho aislado. El aumento de complejidad y la diversificación que se dan en la evolución biológica se repiten en la evolución cultural. Además, hay que tener en cuenta que este artículo se refiere sólo a las islas de un determinado ámbito geográfico, Canarias y el Mediterráneo Occidental, el que más conozco. Pero no hay que ser muy perspicaz para comprobar que la tasa de singularidad cultural en las islas, o en regiones aisladas, aumenta exponencialmente, sea donde sea. Si se profundiza en las particularidades de las regiones aisladas, se verá que se repite el modelo.

La historia natural y la historia cultural son un continuo. No hay un abismo entre ambas, sino una gradación. No exenta de saltos a veces, pero gradación al fin y al cabo. La historia natural es a la evolución biológica lo que la historia humana es a la evolución cultural. Cuando la cultura se superpone a los genes, algunas cosas cambian, como la forma de transmisión de la información (sexual en el caso de la evolución biológica, comunicativa en el caso de la cultural). Pero el mecanismo de fondo es similar. Y también los resultados: al interrumpir el libre intercambio de información, sea genética, sea cultural, entre dos poblaciones, se produce una diferenciación que acaba por originar tanto nuevas especies como nuevas culturas. En un caso, son los genes los que se organizan de forma diferente. En el otro, son los memes, las ideas, las unidades de transmisión cultural, los que se estructuran de manera distinta.



Foto 1:
Gallotia galloti palmae, subespecie de La Palma, islas Canarias. Autor: Monarch, 2008.

Foto 2:
Gallotia symonyi, especie endémica de El Hierro, islas Canarias.

Foto 3: Dolmen de Poulnabrone, Irlanda. Autor de la foto: Steve Ford Elliott.

Foto 4: Taula de Torralba d'en Salord, megalito endémico de Menorca. Autora: Isabelle Moreau.

13.9.08

¿Qué hora es?

reloj evolutivo
Son las dos esponjas y veinte tetrápodos.
Divertido. Aunque un poco antropocéntrico, como casi siempre.




Fuente original: Myconfinedspace (Via Pharyngula).

7.9.08

Peregrinación masiva de evolucionistas al "muro de Darwin" ;)



Traduzco la noticia:
"Un flujo constante de devotos evolucionistas sigue concentrándose hoy en Dayton, una pequeña ciudad de Tennessee, para
presenciar lo que muchos creen que es una imagen de Charles Darwin -autor de El Origen de las especies y fundador del moderno movimiento evolutivo-que se ha aparecido en un muro en el centro de Dayton.

"Yo traje a mi bebé para tocar la pared, para que el poder de Darwin purifique su composición genética de los rasgos heredados indeseables", dijo Darlene Freiberg, una entre una creciente multitud que se reunió aquí para ver la misteriosa mancha, que apareció el pasado lunes en un lado de la Rhea County Courthouse. El edificio fue también la ubicación del famoso Juicio del Mono de Scopes , ampliamente considerado como uno de los sitios sagrados del darwinismo. "Perdóname, oh Carlos, por dudar alguna vez de tu Divina Evolución. Después de ver este milagro de la pigmentación de piedra caliza con mis propios ojos, mi fe en el razonamiento empírico nunca volverá a ponerse en duda." "¡He aquí el poder y la gloria del método científico!", añadió Freiberg.

Desde que los testigos dieron a conocer por primera vez la marca inexplicable-que parece se asemeja a una figura masculina del siglo 19 con la frente alta y gran barba- esta ciudad, normalmente tranquila, se ha convertido en un foco de fanatismo biológico. Miles de peregrinos de lugares tan lejanos como el departamento de paleoantropología de Berkeley han acudido al lugar para poner coronas de flores, velas, leer en voz alta las obras de Darwin, y a rendir homenaje a la misteriosa mancha azul-verdosa.

Aprovechando la afluencia de creyentes empíricos, los vendedores ambulantes han llegado a Dayton, vendiendo reliquias y obras de arte sobre evolución a los miles de peregrinos que esperan para echarle un vistazo a la imagen. Todo está disponible para la venta, desde pequeños fragmentos de madera que se dice pertenecieron al "único y verdadero Beagle"-el buque de investigación en que Darwin hizo su legendario viaje a las Islas Galápagos-a apuntes supuestamente atrubuidos por el evolucionista inglés Alfred Russel Wallace.

"Nunca he estado tan cerca de las ideas de Darwin", dijo el zoólogo Fred Granger, que esperó en la cola durante 16 horas para ver la mancha. "Que su nombre sea alabado y sus teorías sobre la selección natural tengan eco en todas las salas de observación naturalista para siempre."

A pesar del entusiasmo que la llamada "Mancha de Darwin" ha generado entre los fieles de la evolución, sigue el desacuerdo en cuanto a su origen. Algunos creen que la imagen está en realidad más cerca de la cara de Stephen Jay Gould, durante mucho tiempo columnista de la revista Historia Natural y autor de la teoría del equilibrio puntuado, y, por tanto, la prueba de cladogénesis rápida. Una pequeña minoría alega que es el rostro de Carl Sagan, y debe considerarse como una advertencia a los no creyentes que aún no han visto su exitosa serie Cosmos: Un viaje personal.

Por último, otros han tratado de desacreditar totalmente el milagro, afirmando que hay varios explicaciones alternativas para la extraña aparición de la decoloración.

"Es una mancha en una pared, y nada más", dijo el Reverendo Clement McCoy, profesor de la Universidad Oral Roberts y destacado oponente de la teoría evolutiva. "Cualquier otra cosa es la fantasía alucinatoria de una fanática mentalidad evolucionista que sólo ve lo que desea ver, con la esperanza de que se valide su sistema de creencias ilógico y sin fundamento. Sólo espero que estos herejes vean el error de sus caminos antes de que Nuestro Potentísimo Dios les enloquezca a todos en Su Venganza. "

Pero los que han hecho el largo viaje a Dayton siguen firmes en su creencia de que la selección natural-un proceso mediante el cual ciertos genes son favorecidos en detrimento de otras menos favorables a la supervivencia-es el único creador de la vida tal como la conocemos. Esta mancha, dicen, es la prueba que han estado esperando.

"A aquellos que niegan que la deriva genética es responsable de un árbol evolutivo ramificado de biodiversidad creciente a través de cambios en los ecosistemas, decimos, '¡Miren a la cara de Darwin!", dijo Jeanette Cosgrove, que, junto con los miembros de su clase de microbiología, ha mantenido una vigilia con velas en el lugar durante las últimas 72 horas.

"A lo largo de millones de generaciones sucesivas, una subvariante de una especie de moho del limo se adaptó a este muro de hormigón, para así un día formar esta mancha, y hacer manifiesta esta visión del glorioso rostro de Darwin", dijo Cosgrove, embargada de la emoción .

"Es un milagro", añadió.

Menos mal que se trata de una broma procedente de la revista satírica The Onion ;).