23.9.07

Mano floresiensis

Muñeca LB1
Ya se había adelantado hace meses aquí, y ahora se ha publicado. No entraré en detalles, que proporciona Martín. En conclusión, se demuestra que la muñeca de LB1 tiene una forma diferente a la muñeca de Homo sapiens, configuración que apareció hace 800.000 años y que compartimos con los neandertales. Por tanto, esto apunta -por si no teníamos bastantes indicios- a que LB1 (y, por extensión, los demás individuos de la cueva de Liang Bua) es un representante de una nueva especie. Es decir, Homo floresiensis existió como especie diferenciada. No son Homo sapiens microcéfalos. La hipótesis de la microcefalia pierde fuelle, aunque sus defensores se defienden. Robert Martin, antropólogo de Chicago y escéptico respecto a que los fósiles de Flores sean una nueva especie, dice que no entiende porqué no se han incluido comparaciones con muñecas de microcéfalos y de pigmeos. Hará falta comprobarlo. Si las muñecas de los microcéfalos tienen una forma normal, la hipótesis microcéfala habrá sido un ejemplo más de la sana dialéctica que se genera con cada descubrimiento extraordinario. Aunque la certitud asistirá a los partidarios de floresiensis.Muñeca LB1

Una cuestión clave que aún queda abierta es si la avanzada industria de Liang Bua pertenece a floresiensis o es factura de los sapiens. Si fuera
floresiensis, significaría que no hace falta un cerebro grande (en tamaño relativo, claro) para desarrollar una cultura técnica compleja. La inteligencia y la evolución cultural asociada se soportaría más sobre una organización cerebral concreta que sobre un tamaño relativo grande de cerebro.
Los lectores de este blog se decantan por la primera opción (al menos los que han votado; y el resultado tampoco es concluyente, seamos sinceros). Veremos.





1.-Imagen 1: Comparación de huesos de muñeca chimpancé, LB1 y humano, escalados al mismo tamaño. Los colores resaltan las diferencias. Vía NPR.
2.-Imagen 2: Huesos de la mano de LB1 (izquierda) comparados con mano humana (derecha). Las diferencias son principalmente debidas a la forma del hueso trapezoide y los que le rodean. Vía NPR.


17.9.07

Bueno, va, te doy papaya

Un grupo de chimpancés machos salvajes que habitan en los alrededores de Bossou (una aldea de Guinea) tiene la costumbre de robar papayas. Las papayas las cultivan los lugareños, así que no les hace mucha gracia el robo. Y los chimpancés lo saben.

Chimpancé de Bossou

Cada vez que tienen que acometer una de sus incursiones, los chimpancés se muestran nerviosos. Se rascan repetidamente -síntoma de inquietud- dudan, pero se lanzan al hurto. El rascarse de forma contundente se interpreta como expresión de ansiedad. Los chimpancés se rascaban hasta 4 veces más antes de hacer una incursión por papayas, que cuando sólo recolectaban comida silvestre. Aún así, osan aventurarse, aunque tengan otra comida de más fácil acceso disponible. A riesgo de la bronca del agricultor.




¿Por qué se arriesgan? No sólo se trata de impresionar a las hembras al hacerse con la "fruta prohibida" (que seguramente también). La investigadora Kimberley J. Hockings y sus colegas de la Universidad de Stirling (Reino Unido), quienes han seguido durante dos años estos chimpancés de Bossou, vieron que, al volver al grupo, el chimpancé ladrón compartía su botín. ¿Adivináis con quién lo compartía? Normalmente iba a parar a hembras, casi siempre en edad reproductiva. Un ejemplo: una hembra especialmente dada a recompensar sexualmente a los que le regalaban la papaya, recibió el 50 % de las donaciones. Podéis ver el vídeo de una de las comidas compartidas aquí.

Se conoce ampliamente que los chimpancés suelen compartir la carne de los monos que ocasionalmente cazan. Es un hábito social que refuerza alianzas. Pero muy raramente ceden las plantas silvestres que comen, a pesar de constituir la mayor parte de la dieta. El estudio de Kim Hockings es la primera prueba registrada del uso de plantas cultivadas como trueque. La autora propone que la expansión de los cultivos humanos, que reducen las posibilidades de abastecimiento de los chimpancés, provoca esta variación en el objeto de intercambio. Si las plantas son papayas cultivadas por humanos, eso merece ser compartido. No queda claro si se escoge las papayas porque tienen un valor nutritivo superior a la comida silvestre, o porque simplemente presentan un riesgo adicional, con lo que el mérito es mayor. Algún medio de comunicación ha titulado la noticia como "Incluso las chimpancés aman a los 'chicos malos'". En cualquier caso, es un tipo de intercambio muy extendido entre humanos. Desde el canje de dinero u objetos de valor por sexo, pasando por muchas heroicidades cometidas para captar la atención del otro sexo, o los regalos especiales que se dan a las parejas potenciales, hasta las dotes matrimoniales, pueden interpretarse como manifestaciones de esta conducta. Sea consciente o no el autor.


.-Foto: Chimpancé de Bossou subiendo a por papayas (fuente: PLOS One).
.-Artículo publicado en PLOS One.
.-Vídeo de Newscientist.

3.9.07

Publicidad gorila

Dicen que este anuncio ha costado 9 millones de libras. No veo cómo. Y que va a revolucionar el mundo publicitario. Subid el volumen.




Desde luego, una de las cosas que sorprende es la falta de conexión del espot con lo que se pretende vender. Pero eso no es nuevo, casi es lo habitual. Y la extasiada y natural gestualidad del actor que hace de gorila.
Dejando de lado la siempre subjetiva belleza estética, lo que me recuerda es la similitud entre el tamborileo en el pecho de los gorilas con nuestra afición a aporrear cualquier cosa que suene a la búsqueda de ritmos. ¿Comportamiento expansivo del tipo "aquí estoy yo, que soy el más chulo", como los gorilas, o algo más?. Seguramente algo más. Pero eso también.



Vídeo original aquí.