15.9.03

La tercera cultura


Con este término se aglutina un movimiento intelectual cuyo objetivo podríamos describir como la percepción del mundo desde una óptica empírica y científica.

Hasta hoy, ha habido dos grandes formas de ver el mundo: la forma "humanista" (artistas, escritores, filósofos, historiadores,...), que englobaría la rama de conocimientos que llamamos "Letras y Humanidades". La segunda gran concepción del mundo sería la "científica", materialista y experimental, habitualmente relegada a laboratorios y universidades.

Los últimos avances en biología pretenden tender un puente entre ambas concepciones, de forma que pueda interpretarse la historia, la lengua, la psicología, la política, la cultura, etc. desde un punto de vista unificador, materialista y empírico, basado en los presupuestos científicos.

Importantes pensadores procedentes del pensamiento evolutivo avalan esta unificación, desde Stephen Jay Gould a Richard Dawkins.

Si aún persisten las creencas creacionistas en un mundo tan tecnificado y con tanta información, parece una ardua labor que se imponga el nuevo criterio unificador.
Como el arqueólogo Eudald Carbonell supongo que corroboraría, aún nos queda mucho para dejar que las falsas ideologías sin base científica controlen la evolución de las sociedades. En todo caso, visto con la perspectiva que da el cúmulo de conocimientos a inicios del siglo XXI, la tercera cultura es un camino prometedor que hay que explorar.

13.9.03

La danza de las ballenas


Recuerdo aquella tarde en la que para mí se hizo evidente algo que siempre había supuesto:


Ante mis ojos, en un documental televisivo, vi cómo una manada de ballenas salía de pesca. Se sumergían por debajo de un gran banco de peces y, al parecer de forma coordinada, expulsaban burbujas por la abertura respiratoria que tienen en el dorso. Desde la superficie, se observaba un gran círculo de burbujas que continuamente brotaba del mar, rodeando y envolviendo al banco de peces, que no podían escapar del círculo.

De repente, todas las ballenas ascendían hacia la superficie, rápidas, con las fauces abiertas. Los peces, atrapados, saltaban intentando esquivar las mandíbulas de los cetáceos. Pero estaba claro que para una gran parte de las emboscadas presas no había más destino que ser devoradas por esas enormes bocas.


Al cabo de unos días de tan espectacular revelación, recuerdo dudar de lo que había visto. ¿Lo habría soñado? Lo comenté a algunos amigos, y el relato sobre la inteligencia animal era tan nítido y evidente que incluso me parecía que debía estar inconscientemente exagerándolo.

Pasados unos meses, volví a verlo. Igual que como lo había descrito.

Es la confirmación de que la inteligencia animal es capaz de emular y sobreapasar la humana en determinados aspectos. Y la comunicación tiene mucho que ver con ello. La técnica no es imprescindible para una inteligencia avanzada.

2.9.03

¿La inteligencia surgida del frío?


He oído recientemente la hipótesis de que la inteligencia humana puede ser producto de las duras condiciones glaciales del pleistoceno.
Las diferentes pulsiones glaciales bien pudieran haber impulsado la creatividad para que una especie anatómicamente débil como la nuestra debiera espabilarse o extinguirse.
Hay un hecho claro, y es que las primeras sociedades humanas aparecieron en África, para desde allí extenderse al resto de continentes. Es en África dónde aparecen las primeras industrias líticas, y los diferentes avances tecnológicos (Modo I, Modo II,...). Si -como parece generalmente admitido- el lenguaje humano se desarrolló paralelamente al progreso tecnológico, éste ya se había generalizado ajeno a los ambientes glaciales.

Que la invasión cíclica del frío espoleara la innovación parece verosímil. Pero la semilla de la complejidad cultural ya había brotado, y fructificaba con fuerza.